Que el Barça perdiese aquella final de la Copa de Europa del 86 no fue culpa, ni mucho menos, de Terry Venables. Como tampoco lo fue de Schuster, o de Archibald. De hecho, ni tan siquiera podemos culpar a Alexanco, Pedraza, Pichi Alonso y Marcos, por haber fallado sus lanzamientos en la tanda de penaltis. El verdadero culpable de aquella tragedia fue José Luis Núñez. y déjenme que les explique el por qué. Lo tengo todo anotado por aquí, luego de años de investigaciones.
Cuatro años antes, en el verano del 82, Núñez había fichado al mejor jugador del mundo en aquel momento, Diego Armando Maradona. Dos años estuvo el pelusa en el Camp Nou. Fue un corto periodo de tiempo, interrumpido por una grave lesión, pero que alcanzó para ganar una Copa del Rey, una Supercopa de España y una Copa de La Liga.
Núñez sabía perfectamente que Maradona iba a explotar en Nápoles y a llevar, a partir del 84, a un equipo a punto de descender en la liga italiana, a ganar sus dos primeros scudettos y una Copa de la UEFA.
Núñez también sabía que, apenas mes y medio más tarde de aquella fatídica final de Sevilla, ante el Steaua de Bucarest del 86, mientras yo aún tenía pesadillas por la noche, como buen azulgrana quinceañero fiel a los colores, Maradona campeonaría con la albiceleste en el Mundial de Méjico, dejando por el camino, luego de la fase de grupos, a Uruguay, Bélgica e Inglaterra, para ganar la final a la omnipresente Alemania. Lo de Inglaterra fue con cierta ayuda divina, y con el mejor gol del siglo XX, el del "barrilete cósmico", cuya narración de Víctor Hugo Morales, seguro habrá enviado la NASA a los confines del universo como uno de los signos de la civilización humana, por si los alienígenas esos de los ojos grandes y negros, cabeza pequeña y verde con antenas a los lados, la encuentran cuando nos hayamos extinguido por culpa de los veganos y, todo hay que decirlo, de los negacionistas del calentamiento global.
Fíjense si Núñez tendría claro aquello de que Maradona solo, era capaz de llevar a todo un equipo a grandes gestas que, hasta el Buitre llegó a afirmar, que cualquier selección de las 16 que alcanzaron los octavos de final de aquel mundial de Méjico 86, habría sido campeona por el mero hecho de tener al pelusa en sus filas.
Y, si el Buitre tenía aquellos informes en su taquilla, porque entonces Emilio Butragueño no tenía despacho, imagínense ustedes los que tendría Núñez encima de su mesa. Ello a pesar de que Maldini, ese experto que te diría ahora mismo la alineación de un tercera división tailandés sin despeinarse ni tutibear, todavía andaba ligando en la Complutense, en espera de que Canal+ se dignase a nacer.
Créanme que aquella Copa de Europa la perdimos dos años antes de jugarla, cuando Núñez traspasó a Maradona al Nápoles. Su responsabilidad es una mera interpretación matemática de las fechas y acontecimientos posteriores. Así que, la culpa fue de él...o de Gaspart.
(Foto: Jugadores del Barça en el césped de Sánchez Pizjuán, el 7 de mayo de 1986, después de perder la final de la Copa de Europa ante el Steaua de Bucarest en la tanda de penaltis, un mes antes del comienzo del Mundial de Méjico 1986).
Video del segundo gol de Diego Armando Maradona ante Inglaterra, en los cuartos de final de la Copa del Mundo de Fútbol Méjico 1986:
https://www.youtube.com/watch?v=O8G9ytZg-bM