sábado, 27 de septiembre de 2014

Mayo del 86.

Cuando Crisanto se cruza con algún recorte de prensa en el que aparezco, no duda en darme un toque y ofrecérmelo. Anoche se topó con la crónica de los Campeonatos Provinciales de Las Palmas de atletismo para infantiles y cadetes. Era la temporada 1985/86 y yo era infantil. Casi nada. Mayo del 86.
Aquel fue mi primer 5 kilómetros marcha en pista. Lo terminé en 30´57". Un mes más tarde participé con los absolutos en otro 5 km. marcha y bajé, a la segunda tentativa, de la media hora.
Permítanme que, luego de esta deportiva introducción, les haga una pregunta sobre mayo del 86. Si no es mucho preguntar, claro: ¿Dónde estaban en mayo del 86?.
Por entonces yo, mientras ustedes van contestando,  me buscaba la vida como podía, de aquí para allá, con el campamento base en Las Afortunadas y algunas salidas a la Galicia de mis antepasados. Había que estudiar y trabajar al tiempo. Lo de ser hijo de emigrantes se lleva mal en la infancia. La gente te mira por encima del hombro porque no llevas un polo con el cocodrilo en el pecho y llegas caminando al instituto, además de por el delatador acento. 
Lo del acento tiene su miga, oiga. Aquí, en tu tierra verdadera, te dicen que hablas como un godo y allí, en tu tierra espiritual, te dicen que hablas como un sudamericano. La Humanidad, para estos casos, debería tener un claro protocolo de repulsa. Los oriundos del lugar tienen un derecho legítimo al rechazo de lo ajeno, pero debe quedar registrado en algún documento oficial, de tal manera que si sales a buscarte la vida a otro lado, ya conste que eras emigrante anteriormente y quedes exento de la discriminación social en el nuevo lugar. Así uno no se vería obligado a cumplir penitencia en cada esquina por el mismo delito. Es una cosa que pienso mover a través de mis contactos para que, vía Zarzuela y con nuestro nuevo interlocutor, se trate en la próxima convención de la ONU.
Vamos, que a uno deberían joderlo en un sitio solo que sino, al final, les pasa como a mí, que no  hecho raíces en ningún lado. La semana pasada, sin ir más lejos, me volvió a suceder cuando a una buena mujer, a la que acababa de conocer, le tuvo que decir mi novia, en mi legítima defensa, que yo era un híbrido entre dos culturas. "Con razón, apostilló la señora. Es que tiene un acento muy raro".
Aunque también vale, para estos casos de evitar el escarnio de la emigración, tener pasta. Si es usted emigrante pero trae su pan bajo el brazo, además de llevar un polo con cocodrilo, un Samsung bien grande, e ir en una Honda 70 al instituto, todo le irá bien. Con pasta la integración es fácil. Hasta puede tener un pase que, si no tiene moto propia, le lleve su viejo. Como mínimo en un Golf, eso ya se lo anticipo.
Hablando de la ONU y de llevar a debate esto de la doble penalización a la emigración, ¿Se han fijado como se cronometra allí todo?. Hasta las intervenciones, oiga.
Bueno, retomando lo del atletismo, no quisiera acabar sin dejarles entrever que, para mayo del 88, uno ya era cadete y marchaba los 5 km. en pista en 25´45".
Les dejo. Si me permiten otra pregunta, ¿Dónde estaban ustedes en mayo del 88?.


domingo, 21 de septiembre de 2014

Presuntos rumores.

Soy consciente que el término honorable, en estos días, les llevará a ustedes a pensar, así a bote pronto, en los Pujol o, como mínimo, en su patriarca fundador.
Yo, solo de pensar en que Don Jordi ha estado trabajando, a través de la política, para el bienestar de millones de catalanes durante más de cuatro décadas, me pregunto si realmente este hombre y esta familia entera estaban debidamente recompensados por los servicios prestados a la colectividad general. Hay ciertas labores que, por su importancia, son de incalculable valor y otras que no son pagas con dinero. Quizás ahí radique el quid de esa cuestión particular.
Pero vayamos a lo nuestro que yo, ni soy catalán, ni entiendo mucho de lo que por allá arriba se cuece, más allá de lo que ustedes me cuentan. Vamos, nivel usuario como mucho.
Por aquí abajo, en el sur del sur, me encuentro estos días con una información en prensa sobre no se qué rollo de supuesta corrupción urbanística en Santa Lucía que data del año 2005. La información la pone en juego la prensa capitalina. Es un pelotazo al aire para rifar la bola en el centro del campo. Las erratas son evidentes para cualquier vecino del lugar, pero la bola cae a ras de hierba y, tal como llega, se recoge por aquí donde, a modo de amplificador, la copian y pegan en un intento de desprestigio ajeno y de pseudoinformación.
La política parece que, desde Madrid y Moncloa,  hasta La Aldea de San Nicolás de Tolentino, pasando por nuestro municipio, se basa ya en el juego del desprestigio ajeno, antes que en la formación del proyecto propio, distinto y sólido, creíble. Quizás sea porque ya todo está inventado, no hay pócima mágica para gobernar eficientemente y no queda otra que esperar a que el rival falle para intentar robarle un buen puñado de votos.
Mayo queda aún lo suficientemente lejos como para que la gente, entre medias del copia y pega, pueda leer lo que reenvía. Una cosa es que la oposición de cada momento y lugar nos muestre lo mal que lo hacen los grupos de gobierno, encomiable labor que todos agradecemos a quienes lo hacen si la información es rigurosa y veraz, y otra bien distinta es que alimenten la histeria colectiva con rumorología. Lo mejor para un rumor, es dejarlo en el caldero a fuego lento y taparlo. Es necesario que se cueza del todo para que se convierta en verdad.
Al final los jodidos somos nosotros, usted y yo, empeñados que estamos en cimentar una ideología política clara, a la que afiliarnos y a la que votar.
Ya me veo, camino del colegio Los Llanos el próximo mes de mayo, media hora antes de cerrar, jugándome a los chinos el voto y decidiéndolo al llegar a la altura del Hiperdino, justo antes de dar las buenas a esos interventores que nunca las responden.





viernes, 12 de septiembre de 2014

Recuente, recuente...

Me pongo a leer la prensa digital, el Facebook de los colegas y los boletines de la asociación de contables y oficios afines y llego a la conclusión de que hoy es viernes y hace un calor de cojones.
En la prensa veo que un tío se ha marcado la editorial de su programa, de tirada nacional, citando textualmente su conversación sobre la Diada catalana, con la taxista que le llevó hasta el trabajo esta mañana. Éste se acostó anoche a las tantas y no llevaba nada preparado. Sino, ya me dirán ustedes.
También, en una noticia digital, veo que no hay dios que se ponga de acuerdo a la hora de saber cuántas personas hay en una calle. Si, en una calle y al aire libre, no son capaces, imagínense que hablamos del ascensor de mi comunidad, con el agravante de las cuatro paredes y el techo. La Delegación del Gobierno en Canarias diría que hay cuarenta personas; el Ayuntamiento de Santa Lucía diría que cuatro y, si le preguntan a nuestro Presidente, que siempre anda de viaje, les podría decir que o treinta y cinco o dos, dependiendo de como esté de ánimos ese día.
El Facebook de los colegas, está como el mío. Copio y pego; copio y pego; no hay un dios que se estruje el cerebro y se arriesgue al ridículo un poco más allá de esa cómoda postura. Luego iré yo, a romper la tendencia y olvidarme de lo del ridículo y zas, bofetón sin mano, de alguno de esos que el Facebook sigue llamando amigos, y que no hacen otra cosa que chismorrear a los demás sin pestañear, sin "me gusta" gratuitos y sin opinar.
Y el muro de la asociación profesional está en un periodo de transición post-vacacional. La cosa no está para retomar lo de los artículos técnicos de formación continua.
Yo, personalmente, voy a sustituir la coletilla de "..cuente, cuente..." por una más profesional y adaptada al actual contexto y circunstancias, como diría un preámbulo de una ley orgánica en el BOE, "...recuente, recuente..."
Menudo calor hace por aquí abajo, en el sur del sur. Para el Ayuntamiento el termómetro marcará  27º, para la oposición 39º y se debe al cambio climático. Para mí sobre 33º, que es la media exacta entre las dos posturas. No se puede uno arriesgar a decantarse por una banda o la otra.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Dónde están sus libros de primaria?

A usted ya le habrán dicho que, a la vuelta del verano, la prima de riesgo habrá mejorado, que pagaremos menos por la deuda pública, que hay no se qué previsión de incremento del producto interior bruto para 2015 y que esas son las medidas necesarias para salir de la crisis del euro y de la burbuja inmobiliaria esa, para las que nunca tuvieron en cuenta su opinión ni consejo.
Y, también le habrán dicho, otros agoreros toca narices, que a la vuelta del verano se acaban los contratos eventuales de la temporada alta de hostelería, que el abuelo no tendrá paga extra hasta navidad y que sus hijos van a  necesitar nuevos libros, matrículas y uniformes para ir al colegio, al instituto, o a la universidad.
Y usted se preguntará qué leches tiene que ver la prima de riesgo y el PIB, con los uniformes y con los libros nuevos.
Libros nuevos, como si París no fuese París y estuviese, dicho sea de paso, en París, desde que usted fue al colegio hace ya un buen puñado de años.
Sí, ya se lo que está pensando. Yo también he lamentado cientos de veces no saber donde dejé mis libros de matemáticas, lengua española, geografía o historia, para que mis hijos pudiesen utilizarlos.  Los de latín ya casi no hacen falta hoy en día, no se martirice en exceso.
De haber sido un padre precavido, hubiese adivinado que esto de la unificación europea iba a terminar así. Vamos que, con un poco de autocrítica, debería reconocer usted, como hago yo, que la culpa de todo esto es nuestra. Piense en todo lo que ha hecho mal en los últimos veinte años y deje de culpar a la Banca, a los Gobiernos y a la corrupción de todos sus males, que Bárcenas, los de los ERE´s, la Gürtel o los Pujol, todos presuntos mientras no se demuestre lo contrario, no han perdido sus libros de primaria coño!