- Buenos días, quiero ir a China, a una carrera.
- ¿Con o sin medalla?
- ¿Cómo que con o sin medalla?
- Pues eso. Que puede usted ir encargando ya su medalla.
- Pero, si aún no se ha disputado la prueba.
- Sí, ya. Pero ahora se puede. Es un nuevo servicio al cliente.
- Vaya, no tenía ni idea. ¿Y cuánto me cuesta con medalla?
- Dos mil doscientos euros.
- Venga, la compro.
- ¿Quiere podium?
- Pódium. Sería mi primera vez. ¿Cuánto más me cuesta?
- Espere. Puedo hacerle un 10%. Veamos, cien euros más.
- Venga, compro también el pódium.
-¿Quiere dos chicas que le besen en las mejillas?
- Eso estaría bien. ¿Cuánto?
- Con un 25% de descuento, otros ciento veinte euros. Sesenta por
chica.
- Vale, también con dos chicas.
- ¿Himno?
- Joder, usted me cobra por todo, oiga!
- Le decía que si quiere himno.
- ¿Cuánto?
- Cien euros más, descuentos incluidos.
- Venga. Joder, me va a salir un ojo de la cara: medalla, podium, chicas e
himno.
- El himno, ¿con o sin letra?
- Es el de España.
- Ese no lleva letra, es más barato. Sale a cincuenta euros el pase. Diez segundos.
- Bueno, vale, total. Que sea con el himno de España de fondo.
- Entonces le hago el pedido en firme?
- Refrésqueme primero cuanto me sale todo.
- Viaje, medalla, podium, las dos chicas para el beso y la foto, y el himno
sin letra suman... dos mil quinientos setenta euros.
- Pues venga. Total. Una vez en la vida.