martes, 29 de abril de 2014

Melita

Mela se nos ha ido.

Hasta hoy, prácticamente podría decir que aún no se me había muerto nadie. Es lo único bueno de criarse solo. A nadie debes, a nadie lloras.

Esposa y madre de atletas. Directiva del CAI de los 90, el club en que nos criamos los de la quinta del 72, Mela era muy querida y respetada por todos nosotros.

De ella recuerdo una frase que no olvidaré mientras viva:

"Pepe, lo bueno del atletismo es que aquí tiene cabida todo el mundo. Si no vales para correr, vales para lanzar o para saltar".


Hace veinticuatro años que me dijo aquella frase, sentados los dos en la grada del Martín Freire. Era una idea que plasmaba más que lo elitista y competitivo de este deporte. Era una manera de expresar lo que aquellos directivos del CAI hacían por nosotros. A la chita callando nos educaban y formaban, en valores y sacrificio.


Esta noche lloraré a Melita. Mañana, de madrugada, mientras marche, me dedicaré a recordar los pocos momentos que compartimos.




martes, 8 de abril de 2014

Don Javier

Se quejaba hace un par de noches, al micrófono de El Larguero, un sobrio y desconocido Clemente de que nadie le había consultado para usar su apellido en el cine.


Yo, que siempre fui clementista, mientras Don Javier fue seleccionador nacional, también podría haberle llamado para recriminarle la pasta que me impidió ganar hace treinta y pico años.


Les explico: tocaba partido en el viejo Insular. Era la última jornada de la Liga 82/83 y nos jugábamos la permanencia contra el Bilbao, por entonces entrenado por Clemente. Los leones nos ganaron 1-5 y nos mandaron a Segunda División. Lo abultado del resultado hizo que la gente comenzara a irse cabizbaja y lagrimosa, mediada la segunda parte.
Todos aquellos eran mis clientes. Se me iban como moscas. Aquella tarde no vendí ni la mitad de los bocadillos de queso que había preparado.
Calculo que perdí unas mil pesetas. Eso, a plazo fijo y pasado todo este tiempo, supondría ahora mismo unas tres mil trescientas pesetillas, duro arriba, duro abajo.
Clemente no preguntó a nadie para ganar aquella liga y joderme la venta de bocadillos de aquel domingo 1 de mayo del 83.