miércoles, 28 de enero de 2015

Tal día como hoy

Me contaban mis padres, cuando la Unión Deportiva estaba en Primera y se permitía el lujo de tumbar al Barça y al Madrid con cierta regularidad, que yo nací tal día como hoy.
Todo un 28 de enero, Santo Tomás, patrón del estudiante, según reza en el almanaque que tengo en la puerta de la nevera.
Lo de la fecha de nacimiento es una de esas cosas que usted y yo no sabemos a ciencia cierta, pero tenemos que dar por válida sin rechistar.
Reconózcame que, sobre su nacimiento y edad, usted no hace otra cosa que guiarse por lo que le han dicho sus padres y su familia toda la vida.
Yo nunca hice trampa marchando. Caminaba rápido, con escrupuloso respeto al rival. Era tan intransigente conmigo mismo que una vez llegué a penalizarme en silencio. Pensé que había dado un mal paso, en el aire, en un 10 km en pista e intenté legitimar mi marca trazando la curva del doscientos en pista lejos de la raya, para hacer más metros.
Pero, siempre tendré la duda de si nací en el 71 o el 72. Si el 28 de enero, el 1 de febrero o el 31 de agosto. Demasiado pelo en el pecho para un tío de 19 años. Vamos, que podría haber sido un forro involuntario.
¿Se imaginan que mañana mismo me llegue un burofax de la federación insular arrebatándome mis 46´47"2 y mis 46´06" por dudas sobre mi edad en aquel lejano año 91 del siglo pasado?
Y todo esto se lo cuento, a título confidencial, para que me entienda usted porque siempre guardo silencio cuando se denuncia por ahí que los atletas africanos sub-19 tienen unos 26 años. Bonito podría estar yo para criticar, oiga.