viernes, 28 de febrero de 2014

canal moro.



Esta mañana marchando, que ya les he dicho que suele ser el único momento del día en que suelo pensar algo medianamente coherente, me ha venido a la cabeza aquel verano del 84 en Pasito Blanco.
Mientras mi amiga Deborah, llamémosla así por el tema de la Ley de Protección de datos, se pasaba aquel verano escuchando todo lo que tenía de Madonna y su hermano Paco, también amigo mío y también con un nombre figurado por lo de mi hipotética responsabilidad civil cuando acabe estas líneas, coleccionaba ejemplares de Playboy, uno, que nunca tuvo muy clara la verdadera importancia de las cosas, pensaba como ver, desde aquellas casetas de campaña donde pasábamos prácticamente todo el verano, la final del milqui de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 84.

Y así fue, para irles resumiendo que ya va siendo tarde, que con una vieja y pequeña tele a pilas en blanco y negro, cuadrada como una caja de zapatos, fuimos empatando alambre al trozo de antena rota que aún conservaba y moviéndonos, con la tele a cuestas, de un lado a otro de la playa, hasta que conseguimos la señal suficiente para ver a Abascal entrar por delante de Chesire en el canal moro, que así es como llamábamos a todas aquellas cadenas que pillábamos y de las que no entendíamos ni papa.
Dudo que el mismísmo MacGyver lo hubiese logrado. Y eso que no teníamos chicles aquella madrugada.

jueves, 27 de febrero de 2014

Segunda Regional Tailandesa


A estas horas de la noche, estoy seguro de que Maldini estará viendo algún partido de la Segunda Regional Tailandesa. No sé si ustedes también se han dado cuenta, pero Maldini puede decirte cosas de cualquier futbolista anónimo, hasta aquellas que ni sus propios compañeros de vestuario conocen.

Recuerdo que hace cosa de unos veintitantos años jugué, en el Rita Hernández de Telde, un torneo de futbol sala de verano al estilo de esos de 24 horas benéfico. Lo de jugar, si uno fuese serio, debería haberlo entrecomillado, pues nunca pasé de unos minutillos en la recta final, los de la basura. Es la única vez que he hecho algo con un árbitro que no haya sido una prueba de marcha. ¿Se pueden creer que en la grada había un tipo igualito a Maldini?

sábado, 22 de febrero de 2014

Crías Humanas


De niño siempre tuvimos perros en casa. Dos pastores alemanes y un pequinés. Eran mis mejores amigos, con diferencia. Sultán, Napoleón y Lanitas, que así es como se llamaban, iban a comprar el pan conmigo a la Dulcería La Alemana. Éramos un equipillo en toda regla y, aunque no se lo crean, el más juguetón y travieso era yo. Aun recuerdo la tarde en que me subí encima de Sultán y comencé a retorcerle la oreja, como quien abría gas a una Vespa. Y Sultán gruñendo, cada vez más fuerte, y yo dando más gas, hasta que se revolvió y, en legítima defensa, me soltó un pedazo de mordisco en la cara del que guardo las señas. Son unas cicatrices que me recuerdan, las pocas veces que me miro al espejo, que un día tuve perros y fui niño.

Mis tres amigos se fueron muriendo y hoy envidio a quienes tienen perros. La figura del dueño de perros siempre me ha fascinado. Ese amor por los animales, tan vocacional que muchas veces lleva, a quien tan intensamente lo vive, a mostrarse indiferente ante los problemas de las crías de humanos de sus vecinos, siempre me ha llamado la atención. Yo, cuando crecí y dejé de ser niño, aunque seguí con mis cicatrices en la cara, no volví a tener perros. Una pena, ahora tengo que salir a entrenar solo.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Dios, el argentino.


Lo miren como lo miren, Dios es argentino y eso, pese a quien pese, es una verdad incuestionable.

A ustedes les vendrá a la mente la mano que Dios prestó, allá por 1.986,  a uno de sus apóstoles, el Pelusa Maradona, para que le metiese un gol, ese gol que todos ustedes tienen ahora mismo en la retina, al portero de Inglaterra, vengando sobre un campo de fútbol toda una guerra, la de las Malvinas, que cuatro años atrás había ganado la señora Tatcher, que para algo era La Dama de Hierro.

Puede que les venga también a la mente el mismísimo Leo Messi y sus cuatro balones de oro,  o el Papa Francisco que acaba de renovar su pasaporte albiceleste. No tengan duda, Dios es argentino, paisano del defensa del City Demichelis que anoche, por providencia divina, pateó a su compatriota Messi, de manera tan celestial,  que solo Dios y ellos dos, argentinos los tres, saben si la falta fue dentro, fuera o sobre la raya del área.

El resto de la historia, ustedes y yo, mortales todos y ninguno argentino, aunque yo me llame de segundo Osvaldo, como el mismísimo Ardiles, ya la sabemos.

domingo, 16 de febrero de 2014

El ratoncito Pérez



Anoche tuvimos una nueva visita del Ratoncito Pérez a casa. Ya ha venido un montón de veces y, teniendo en cuenta que le quedan aún bastantes, estoy pensando en darle una llave. Ya es como de la familia. Pérez también ha cambiado su moneda y ahora deja euros en vez de las pesetas que usaba cuando  a uno se le caían los dientes de leche. Aquellos eran los tiempos en que el barcelonés Agustín Jorba hacía 4 horas y 10 minutos en los 50 kilómetros marcha de los Campeonatos de España.

Vino a eso de las tres de la madrugada y me despertó, aunque no lo vi bien. Dicen que de eso se trata, de que sepas que ha venido pero no alcances a verlo nunca. Realmente me hizo un favor pues tenía una pesadilla. Estaba soñando que hoy domingo 16 de febrero habría un nuevo Campeonato de España de marcha en ruta, como aquellos en que marchaba Jorba, pero sin prueba reina. Vamos, sin los 50 kilómetros. A ustedes esto les parecerá una chorrada, pero para mí es una pesadilla en toda regla. Si no, imagínense un Barça-Madrid de final de Copa del Rey sin Xavi, sin Messi, sin Iniesta y sin Cristiano. Como que no!

jueves, 13 de febrero de 2014

Profesión arriesgada


Ser comentarista de fútbol en televisión es una profesión de riesgo. Anoche, no habían pasado ni tres minutos del inicio del Real Sociedad-Barça, cuando ya le estaban preguntando a Jose Mari Bakero sobre planteamientos tácticos de los dos equipos.

Y Bakero se tuvo que arriesgar. "...El Barça ha arrancado con la clara intención de tener la posesión de la pelota y de presionar arriba cuando no la tiene, con un claro 3-4-3. La Real, por su parte, está jugando con una fuerte presión en el centro del campo, buscando el robo del balón y rápidos contragolpes...."

En esos tres primeros minutos, Pinto había tocado la pelota dos veces, Piqué había desbaratado ya alguna clara ocasión de la Real y, hasta el mismísimo Xavi había mandado el balón al cielo de Anoeta en un despeje dentro del área del Barça.

Por momentos, Bakero me recordó a aquellos meteorólogos de la tele en blanco y negro que no acertaban ni una. Ser comentarista deportivo y que te pongan un micrófono delante nada más empezar un partido, con la intención de que hagas una lectura del mismo, conlleva un gran riesgo. No estaría de más una buena póliza de responsabilidad civil, en la que todos nosotros figurásemos como beneficiarios.

martes, 11 de febrero de 2014

Salidas de tacos con dos vallas


Son las cuatro y media de la tarde ahora mismo. Minuto arriba, minuto abajo.
Si me preguntan que comí hace hora y media, tengo que pararme a pensar y, todo sea dicho de paso, hacer un ejercicio de concentración. Al final, la respuesta a la cuestión es un buen arroz blanco con rollitos de primavera y una salsa casera cojonuda, de esas que tan solo sabe preparar mi mujer. El mérito del vaso de vino tinto peleón corre de mi cuenta.
Lo que mi mujer no termina de entender es como soy capaz de recordar cualquiera de aquellas tardes de 1.985 en el viejo Martín Freire, como cuando pasaba a la altura de la salida del 100, trotando con mi colega el Draculín, y me quedaba pasmado viendo a Fabiola Bolaños y a su entrenador Ángel Viera, haciendo salidas de tacos con dos vallas. Una tras otra, con agilidad felina.
Listoooossss……Hop!                     Listoooosss….Hop!                         Listoooosss….Hop!
Casos como éste, de una memoria tan selectiva, han llegado a etiquetarse de Pasión. Menuda cursilada oiga.

lunes, 10 de febrero de 2014

El fin de mi postureo


Yo, como cualquiera de ustedes, me he dejado envolver por esta corriente de las redes sociales y el running. Pero rectificar es de sabios, y de marchadores. Cuando empecé con esto del ocio virtual, hace cosa de tres años, pensaba que esos conocidos que escribían en sus blogs sobre cada entreno que hacían, sobre sus objetivos, sus miedos , lesiones, sus nuevas zapatillas ultraligeras,  sus geles, sus rivalidades, su propio argot y sus competiciones eran gente entrañable, sin complejos y había que tenerlos en cuenta y aprender de ellos. Decidí, en aquel momento, que era cuestión de abrir el ojo y desparramar la vista. Que el poner asunto a quienes trotan un par de veces en semana, a ritmos desconocidos para un federado,  sería tan enriquecedor como el relacionarme con mis amigos de los años ochenta, de aquel machaque sin tregua, en el tartán del viejo Martín Freire. Y así fue mientras estos nuevos compañeros, a los que también tomé como referentes, insisto, por lo entrañable, que no por sus marcas o métodos, llegaron a la conclusión de que realmente ya sabían de atletismo. Ese día, de repente, todo cambió. Y también ese día decidí que mi postureorunning debía zanjarse del plumazo y uno tendría que retomar el sigilo, que no falsa modestia, que merecía la ocasión. Ese día en que todo cambió es hoy. Rectificar es de marchadores y de sabios. Permítanme la frivolidad de auto incluirme en la primera de las dos categorías.

 

jueves, 6 de febrero de 2014

Subiendo al Martín Freire por la cara sur.

Hoy he rodado algo más que ayer y menos, previsiblemente, que mañana. Una hora y diez minutos.
Preocupado que iba, ya a la altura del Zoco Negro, donde dice mi amigo Dani que vive su amigo Germán el timplista, porque no se me ocurría nada.
Y eso que marchar, lo estaba haciendo como todos los días, con el piloto automático puesto.
Pero nada tú. Que no me venía nada a la mente.
Ya de vuelta, a la altura de la fábrica de Haricana, en una especie de recta en falso llano de unos tres kilómetros que, todos los que la hacen corriendo se empeñan en decir que es una cuesta, me he acordado, otra vez, de aquellos maratones de los años ochenta. Aquellas ediciones en línea, entre Galdar y Las Palmas de Gran Canaria, llenas de toboganes y en las que se corría junto al tráfico, por el arcén, cuando lo había.
Los atletas terminaban en la vieja pista del Martín Freire. Para entrar en el tartán y recorrer los últimos trescientos metros de la maratón, tenías que subir una cuestecilla también bastante prolongada, de un kilómetro, desde La Hoya de La Plata hasta la puerta de la instalación.
La cuesta en sí nunca ha sido gran cosa pero, después de 41 kilómetros, a todo el mundo le ha parecido siempre como subir un ocho mil por la cara sur.
Hoy en día, cualquiera que pagase por correr la GC Maratón, le metería un pleito al Cabildo, con el mejor despacho de abogados de la capital por medio, por la orografía final de la carrera.
Subiendo al Martín Freire, desde Galdar y por la cara sur, en menos de 2 horas y media.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Cuestión de pitillos

Hoy he rodado algo menos que ayer. Una hora y dos minutillos. Lo que se puede, oiga.

Pateándome el camino que lleva a la Bahía de Formas me encuentro un grupo de unas veinte personas haciendo labores de limpieza.

Enseguida supongo que forman parte de un programa especial de empleo.

Prácticamente todas son mujeres. Agachadas limpian y recogen todo lo que se van encontrando.

Solo hay un tío. No tiene ningún tipo de indumentaria distinta. Como las demás personas, usa un chaleco reflectante. Pero, su posición erguida y su pitillo, me llevan a la conclusión de que es el líder de la manada.

No parece haber trabajado mucho hasta entonces, de hecho, ni tan siquiera tiene un sacho ni una azada junto a él. Solo un pitillo en la boca.

Me vienen a la mente Wayne, Bogart, Eastwood o Dean, apurando un pitillo y frunciendo el entrecejo.

Y termino por deducir, justo cuando ya voy dejando ese grupito de chalecos reflectantes atrás, que unas buenas caladas siempre han otorgado un cierto status dentro de cualquier tribu.

Mera cuestión de pitillos.
 

martes, 4 de febrero de 2014

hora venticinco

1h.25´37" me he pegado marchando esta mañana.

Mientras camino, pienso en cualquier cosa menos en el propio caminar. Eso ya se hace con el alma.

Hoy me vino a la cabeza cual sería la verdadera diferencia entre un gay, una lesbiana, una persona con síndrome de down, un mendigo, un inmigrante en situación ilegal, un autista, un mayor con alzhéimer, una persona necesitada del uso permanente de una silla de ruedas, un ciego y un estúpido y estandarizado individuo normal como se podría suponer que soy yo, cara a la galería.

Camino de la cama ya, y sigo sin ver la diferencia. ¿Realmente la hay? Me jodería perder tiempo en buscar algo inexistente.