sábado, 27 de octubre de 2012

Botellón social corporativo

05:25 horas. Llevo 30 minutos marchando y paso a la altura del Parque de Arinaga, donde está la Cafetería Bambinos. Estamos hablando de una zona Industrial. Veo tres coches con los maleteros abiertos y música discotequera.

Buff...la que me espera.

Hace 20 años me hubiesen insultado de lo lindo: gilipollas, maricón, vete a mover el culo a Molinos de Viento ó "mejor te pusieses a trabajar"..., hubiese sido lo normal. Lo digo por memoria, que no por invención.

Esta mañana he pensado que todo está cambiando y que, para estas cosas, los jóvenes ya no son tan brutos como antes y, en vez de darme la vuelta para no empezar mal esta nueva y cansina jornada sabatina, he seguido por donde iba.

He pasado para "arriba" y me han dicho algo así como "...eso si que es un sacrificio hermano...". Al bajar he tenido la misma suerte "...Vamos niñoo!!!..."

Me he quedado perplejo.

Al seguir marchando he pensado que esta gente ya no se asombra.

Hace dos semanas han visto a un tío que se ha tirado desde nueve mil metros al vacío y que ha pillado una velocidad de 1.200 km/hora, con un trajecillo de mierda y aterrizando como los giris que se tiran por primera vez en paracaidas en la Playa de Maspalomas.

En el fondo, si se quedan impasibles ante la corrupción política y aristocrática, la malversación de la banca privada y ante los "Presupuestos Generales del Estado más solidarios de la Historia de la Democracia", que cojones se van a inmutar ante un tío que pase caminando (y moviendo el culo) delante suya mientras apuran el penúltimo trago de la madrugada?

La próxima entrada, un nuevo dibujo.