miércoles, 25 de marzo de 2015

Mou, Cruyff y la marcha.

Ayer martes dijo Cruyff, cuestionado por un periodista acerca del último Barça-Madrid, que "el fútbol es tan fantástico que, si juegas un partido malo puedes ganarlo".
Y hoy miércoles digo yo, sin que nadie me cuestione, ni sobre el clásico ni sobre tema alguno, que "la marcha es la única prueba deportiva que existe en la que, cuanto mejor la haces, con más plasticidad, entusiasmo y respeto por su técnica y por su historia, peor resultado logras".
Mourinho podría llegar a ser un buen entrenador de marchadores. Pero, y he aquí la sorpresa, Mou no sería nunca el mejor entrenador de marchadores del mundo,  aunque aplicase su más extremista estilo de lo ilegítimo e inmoral, como ha ido haciendo allí donde el fútbol le ha otorgado poder jerárquico para ello. A la marcha el portugués llegaría tarde. Nosotros ya tenemos un nutrido grupo de directivos, jueces, entrenadores y atletas de élite, espejos todos ellos para los jóvenes marchadores, que superan, en ese arte de los límites de la vergüenza, a Mr. Mou.