Está de moda.
Los Hooligans, esos a los que se les suelen atribuir los insultos y agresiones, solo existían, hasta la fecha y de manera oficial, en los estadios deportivos. Básicamente en las gradas pobres de los campos de fútbol. Y digo en las gradas pobres, porque siempre se ha entendido que en Tribuna, de chaqueta y corbata ó con glamouroso sombrero rosa, no se utiliza este tipo de lenguaje.
Pero, en plena globalización, como la denominan los entendidos, todo cambia y ahora, como todos ustedes saben, también los legisladores, desde sus respectivas bancadas, se dedican a pitarse e insultarse mutuamente.
Lo próximo será ver a algún miembro del mismísimo "Ejecutivo" usando palabras malsonantes. Cuando digo Ejecutivo me refiero al de Madrid, no al de Bruselas. Ustedes ya me entienden no?
Bueno, a pesar de que nadie me lo ha pedido, me permito dar un consejo para cualquier representante del pueblo que esté pensando saltar al estrellato a base de insultos.
Hable fino coño, que cuesta una mierda y queda usted de cojones!
Jajaja esa última frase te quedo muy diplomática. Mas alto puede, pero más claro...
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