jueves, 12 de septiembre de 2013

Segundo Fernández

Desde que empecé a viajar a la península a competiciones de carácter nacional, en la primavera del año 1990, el puesto que más he repetido ha sido el de segundo.
 
En los 10 kilómetros marcha en pista de las ligas de clubes siempre me cruzaba con algún internacional que, normalmente, refrendaba su condición de favorito. En esos casos, lo más a lo que podía aspirar uno era al segundo puesto. Algo parecido, para que nos entendamos, a lo que pasa hoy en día con Red Bull y los demás en la Fórmula-1.
 
Empezando por las fases autonómicas de los nacionales de clubes, ya me tocaba lidiar en Canarias con Basilio Labrador, en su etapa de profesional de la marcha atlética. Aquí se nos ve a los dos en una prueba disputada en La Laguna en el año 1996. (Dorsal 705: Labrador)
 
 
 
En el año 1990 fui segundo en dos ligas nacionales, sub-19 en Madrid y absoluto en un cuadrangular de Primera División disputado en Sevilla; en el 91 también ocupé ese puesto en varias ocasiones, tanto de sub-19, como de absoluto, en ligas de clubes y en el Torneo de Federaciones de segunda categoría. Si no era Francisco Abellán en los juniors, eran Ramilo, Fernando Vázquez y Alberto Pallarés en pruebas absolutas.
 
En el 92, más segundos puestos, por ejemplo en una liga que hicimos en Zaragoza y que clasifiqué detrás de Pallarés. Ese año también fui segundo en el nacional individual de pista cubierta sub-23 celebrado en Oviedo. Evidentemente detrás de otro internacional en la época: Arnau Fontanet. Y, aquí en casa, fui batido por el lagunero Jorge Déniz que, como no podía ser de otra manera, también ostentaba la condición de internacional sub-16 desde 1990.
 
Esta foto, cortesía de Alejandro Martín, es del Campeonato de España promesa de pista cubierta de aquel año 1992. Al mallorquín Fontanet, a la postre brillante vencedor, ni se le ve. Aquí estamos, luchando por el subcampeonato promesa, Roberto García en primer término, yo con la camisa blanca detrás, en tercer término aparece de color azul otro internacional sub-19, el vasco Jon Ander Caballero y, en cuarto lugar, en plena curva, el jienense Juan Porras, años más tarde participante en varias Copas del Mundo.
 
 
 
En el 93 más de lo mismo: también en Zaragoza y también contra el internacional Alberto Pallarés. Sí, segundo también.
 
En el 94 hice dúo de marchadores con Labrador, al fichar en el CEA-Tenerife. También nos cruzamos en ligas con muchos internacionales, entre ellos Porras defendiendo al CajaJaen.
 
En el 95 me tocó en suerte la liga en Toledo y contra Alejandro Cambil, también internacional. Otra vez segundo, aunque en esta foto aparezco el primero. Detrás, de blanco, Cambil y, en tercera posición, un habitual cincuentero, José Berlandino.
 
 
 
En el 96 las ligas nacionales tocaron en Oviedo y en San Sebastián. En la primera de ellas, como no, segundo detrás de César Rodríguez, que ya se pueden imaginar que era internacional por entonces.

En la segunda liga, la celebrada en San Sebastián, como mera excepción que confirma la regla, resulté vencedor, en ausencia de marchadores internacionales, todo hay que decirlo.
 
Aquí se me ve tirando. Cuando tocaba un internacional, mi estrategia era muy simple: buscar mi marca de la temporada. La de ellos también era simple: ganarme en el último kilómetro. Normalmente ambos objetivos se conseguían y yo volvía a Gran Canaria con mi mejor crono del año y sin laureles. Aquí Cesar esperaba el momento oportuno para lanzar un ataque definitivo.
 
 
Otra foto del mismo cuadrangular de ligas de clubes: Oviedo 1996, entre Isaac y César.
 

Y aquí, no había nadie en meta cuando llegué: San Sebastián 1996. Con el amigo Álvaro Fernández y su pelo largo, que me había invitado a comer en su casa en enero de aquel año, cuando marchamos en Moratalaz sobre 20 kilómetros, buscando la mínima para el nacional de 50 km. Todavía recuerdo el menú en casa de Álvaro.

 
 Y, ya que nombramos la distancia de los 50 kilómetros, aquí os muestro una de las pocas fotos que tengo de aquellas cuatro temporadas consecutivas (95-96-97-98) que, sumadas a la edición de 2004, dan como resultado mis únicas cinco participaciones en los nacionales absolutos de 50 km marcha hasta la fecha.
 
Aquí se me ve con ropa amarilla, junto a un integrante japonés del grupo de entrenamiento de Llopart y por detrás de Odriozola y Roberto Rodríguez, de blanco. Obviamente en ese tipo de pruebas nunca quedé segundo, ni tercero, ni cuarto, ni ná de ná. 50 kilómetros son los suficientes como para que un amateur no le de un susto a un profesional a jornada completa.
 
En diez kilómetros aún se disimulaban un poco los distintos status y roles.
 

 
Lo dicho, Segundo Fernández, pá servir a Dios y a usté!