domingo, 27 de octubre de 2013

Ese ridículo reglamento

 
 Esta es una pizarra con las tarjetas de descalificación de la prueba de 20 kilómetros marcha del Campeonato de Mundo de Veteranos que se está celebrando estos días en Brasil.
 
El símbolo < responde a la flexión de la pierna desde que toma contacto con el suelo hasta su paso por la vertical. Según el reglamento la pierna debe estar recta, en todo momento de este recorrido de contacto-tracción-relajación, hasta la fase de impulsión de la nueva zancada.
 
Hay otro motivo para descalificar a un atleta, la suspensión, el correr y desplazarse, bajo la modalidad de marcha atlética, vamos participando en marcha y saliendo en acta de marcha, con fase de vuelo, como si de un maratoniano se tratase.
 
El caso es que los marchadores veteranos no suelen correr en distancias de 20 kilómetros. Imagino que ello se debe a una mezcla explosiva entre las limitaciones musculares propias de nuestras edades y, entiendo también, por mera ética, tradición, conocimiento histórico y respeto a la prueba.
 
Me resulta muy curioso ver como esta pantalla está llena de tarjetas, tratándose, como se trata, de un evento para no profesionales. Gente que, con mucha ilusión,  gasta mucho de su dinero e invierte mucho de su tiempo, para irse muy lejos a marchar un 20 kilómetros.
 
Ya no curioso, sino ciertamente irritante, me resulta el ver como los profesionales terminan todas las pruebas de marcha del circuito mundial sin ser marchadores, sino meros corredores camuflados con máscaras de carnaval veneciano.
 
En la foto de aquí al lado se puede ver como marchan los veteranos. Y es que marchan de verdad. Vamos, en doble apoyo.
 
También es cierto que, si fuésemos jueces de marcha y tuviésemos que aplicar ese clasista y, si me apuran, ario reglamento, tendríamos que descalificar a estos dos señores. ¿Motivo?. Pues no sé. A falta de motivo, pongamos que el de delante lleva una cinta blanca en el pelo y que el de detrás usa guantes amarillos.
 
Tal como dice un buen e influyente amigo mío, en el ejercicio del sentido común y cierta experiencia en esto del caminar a toda ostia, "antes se marchaba conforme al diccionario y ahora en base a un reglamento".
 
A ello yo añado, por verme en la obligación de ello, a un estúpido reglamento!