lunes, 7 de octubre de 2013

Lo de correr, no se puede hacer de cualquier manera

El departamento de marketing ha visto un filón en la tendencia a cuidarnos, ir al gimnasio, sacar la mountain bike y, en nuestro caso, CORRER por las Avenidas Marítimas de las distintas playas del litoral.
 
Departamento de marketing hay en los grandes almacenes de la esquina, en la multinacional de las zapatillas chulas, en el Gobierno Autonómico, en el Cabildo Insular, en cada uno de los ayuntamientos y en cada uno de los clubes y asociaciones deportivas.
 
Cada departamento de marketing pretende hacer caja con los que salen a correr "tres veces en semana" por las avenidas marítimas, los parques públicos ó alguna carretera secundaria, ofertándoles, entre tres y cuatro veces al año, el servicio "CORRA, BEBA Y VÍSTASE POR TAN SOLO 20,00 €".
 
Si tiramos de calculadora, teniendo en cuenta que puede haber unos 40 ó 50 departamentos de marketing y que cada uno pretende ofertarnos entre tres y cuatro servicios anuales, nos vamos a una oferta potencial mínima de unas ciento y tantas pruebas de correr en asfalto y montaña.
 
Es una moda. Tenemos una fábrica local que, cada año, licencia un nutrido grupo de especialistas en educación física. Y esto es un territorio insular, acotado por los cuatro costados. Hay profesionales y se trata, entonces, de crear una demanda inexistente para tanta oferta.
 
A falta de una creatividad distinta a la inercia actual, emulamos la organización de carreras que vemos en todo el planeta.
 
Y así vamos llegando, paso a paso, a este contexto en el que nos movemos hoy: el atletismo, entendido como tal, importa una mierda. Lo que importa es hacer caja. Vendamos dorsales, vendamos camisetas, gorras, botellas de agua, estancias, manutenciones. Vendamos todo lo que podamos. Sin línea de crédito. Los corredores no son de fiar. No traen referencias. Cobrémosles de contado. Hagamos caja pues.
 
Y heme aquí, intentando desdecirme a mí mismo y a la centena de veces que he pensado, comentado y escrito que atletismo no hay más que uno. Que eso de popular, federado y profesional no son más que capas de la misma corteza.
 
¿Por qué?. ¿Qué me lleva a retractarme?.
 
Fácil. Lo de correr no se debe hacer de cualquier manera. Todos deberíamos tener a mano un manual de lectura rápida a propósito de eso de CORRER. Un manual como esos que ahora traen los móviles (uno con cien páginas que yo, personalmente ya nunca leo, y otro básico, de doce páginas, para que podamos chatear con el nuevo celular en tres minutos).
 
Para ponerse en la línea de salida de una carrera el domingo hay que conocer qué es correr, cuándo debe hacerse, qué código deontológico debe respetarse y, sobre todo, donde está ese umbral mínimo que, en el silencio de la "soledad del corredor de fondo", debemos auto exigirnos a nosotros mismos.
 
Cada uno debe sopesar la conveniencia de ponerse un dorsal "trotando a seis el mil" ó corriendo como un "caballo desbocado a tres minutos por kilómetro". Ahí yo no entro, simplemente porque ni puedo, ni debo, ni usted me lo permitiría.
 
Ahora, eso sí. Piense si le merece la pena pagar quince, veinte ó treinta euros para que le den una camisa de uniforme colegial, todas iguales, y le pongan a correr en grupo al ritmo que usted lo haría, señorialmente y en soledad, como lo hace cada una de las tres ó cuatro tardes que sale en semana a ponerse en forma y despejar la cabeza.
 
Mientras usted no piense en la hipotética no conveniencia de este acto, más lúdico-festivo-social que deportivo, seguirán haciendo caja con su lícita y legítima motivación por el correr.
 
Cuando me tocó cumplir los famosos 35 años que nos otorgan la "Licencia Bond" para correr y marchar por todo el mundo enfundados en una ropa del equipo nacional de atletismo, sin pasar por ningún riguroso proceso de selección, me marqué una raya sagrada. Si quería representar a la escuela española de marcha, debía autoseleccionarme yo mismo:
 
"Marcheta, si no bajas de 50´00"00 (10 km marcha), de 24´00"00 (5 km marcha) y consigues una medalla en los nacionales, ni se te ocurra autodenominarte internacional".
 
Y así me motivé durante todo el año 2007. La consecución de cada uno de aquellos objetivos parciales me otorgaron el mínimo de beneficio de la duda que necesitaba para convencer, a mi estúpida "moral", y sacarme el billete para el Campeonato del Mundo de atletismo master.
 
Ya sabe, aunque nos oferten el oro y el moro, somos nosotros los que debemos demostrar respeto por el deporte que practicamos. Antes de ponerse el dorsal piense: ¿Realmente sé un mínimo de lo que estoy haciendo?
 
Le recomiendo que pruebe usted a autoseleccionarse y, mientras vea que no cumple los requisitos mínimos que se ha impuesto, lleve esos quince, veinte o treinta euros semanales a "Cáritas y/o similares" o compre un buen abrigo y una hamburguesa a quien sepa que le hace falta.
 

 
 Grupo de marchadoras y marchadores españoles M35 a M50 participantes en el Campeonato de Europa de Veteranos de 2008 (Ljubljana-Eslovenia)