miércoles, 24 de agosto de 2011

Juegos Olímpicos de Los Angeles 1984

No hacía ni un año que practicaba atletismo, y tan solo cinco o seis meses que marchaba, pero viví aquella olimpiada con enorme ilusión.

Recuerdo que veraneaba, con la familia de uno de los compañeros de la foto del grupo de entrenamiento, Raul, en una playa del sur de la isla, "Pasito Blanco".

Por entonces se permitía acampar cerca de la orilla, junto a casetas de madera de los pescadores del lugar.
Muchas cosas las hacíamos al estilo McGiver. Modificábamos las dimensiones de las tiendas de campaña, con extensiones de techos de sábanas, mantas o toldos.

Teníamos una pequeña tele en blanco y negro. La pantalla sería de 8 ó 10 pulgadas. La señal no llegaba bien y hacíamos prolongaciones de la antena con cable eléctrico, orientándolo hacia donde mejor visión nos daba.

En estas condiciones técnicas lo normal era no ver nada, pero la ilusión trae consigo la suerte, y ésta llegó y nos dió horas de señal nítida. Lo suficiente para ver, entre otras cosas, aquella recta interminable de la final del "milqui", donde Abascal ganó el bronce por detrás de Coe y Cram.

Y llegó el 50 kms. marcha, con Marín, Alcalde y Llopart en linea de salida, con el sueco Gustaffsson y su camisa variopinta y con el mejicano Raul González entrando vencedor con el gorro mariachi.

Para la historia del olimpismo fueron los Juegos de Frederick Carlton Lewis, King Carl, el Hijo del Viento. Para mí fueron los juegos de Abascal, del mariachi González y del oro olímpico en la vela, en la clase 470, de los grancanarios  Roberto Molina y Luis Doreste.

Los Angeles 1984, vistos desde Gran Canaria. Imborrables recuerdos.





1 comentario:

  1. Recuerdo esas retransmisiones, por decirlo de alguna manera. De la marcha solo dieron la salida y la llegada, con unas tomas finales del circuito desde alguna azotea (en una de esas se vio como Gustaffson, a punto de entrar en el estadio, se quitaba la medio camiseta que llevaba encima de la oficial sueca y la tiraba al suelo junto con la gorra). No hubo información de tiempos de paso, clasificaciones intermedias ni leches. Recuerdo la bronca del realizador a Gregorio Parra, que se quejaba de no saber el lugar qué ocupaba Manuel Alcalde, cuando en ese mismo momento todos lo veíamos marchar ya por el túnel.

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