E stos días, en el foro de marchadores de aema, entre comentarios deportivos surgió un tema interesante, "Los Machado", Antonio y Manuel.
Nos comentaba un marchador una anécdota de Borges, que, al ser preguntado por la figura literaria de Antonio Machado, dijo algo así como..."ah, pero es que Manuel tenía un hermano?"
El ansia de saber, que muchos tenemos, me ha llevado a llamar a mi amigo, el Teniente Colombo, para interesarme algo más por los hermanos Machado. Dos días más tarde el Teniente me ha mandado un mail, desde California, donde anda detrás de la pista de un surfero que, según le parece a él, mató a su Jefe para apoderarse de una tabla de madera de una sola quilla.
Esta tabla había sido de las primeras en usarse en las playas californianas, allá por los años 50. Al parecer valdría hoy una fortuna en subasta. Dice que en un par de días le darán resultados del laboratorio que incriminan al surfero. Un cabello castaño claro, casi rubio, de la prolongada exposición al sol y al agua salada, típica de estos deportistas, fue encontrado en la cadena de la bici del Jefe del surfero, amarrada en los varaderos donde éste tenía su yate.
Retomando el tema de los dos poetas, Borges estaba en lo cierto. Manuel Machado tenía, no uno sino cinco, hermanos más. Eran seis y, de ellos, cuatro podrían ser etiquetados de artistas e intelectuales.
Para entender la vida de toda la familia, cabe decir que se vió convulsionada por la guerra civil española.
Manuel simpatizó, quizás por mero instinto de supervivencia, con el régimen franquista, siendo suyo, entre otros, el poema denominado "Al Sable del Caudillo". Bajo la Dictadura trabajó en España, siendo nombrado miembro de la Real Academia de la Lengua y llego a dirigir la Hemeroteca y el Museo Municipal de Madrid. Falleció en esta ciudad en 1947.
Antonio, en cambio, colaboró con la República. Fue huyendo del régimen franquista de ciudad en ciudad por la costa mediterranea. Primero estuvo en Valencia, luego en Barcelona y, finalmente, cruzó la frontera hasta asentarse con su madre en el sureste francés, en Coilloure, en las cercanías de la conocida Perpignan. Allí vió la muerte en 1939, tres días antes que su propia madre.
Otros dos hermanos, el pintor José y el periodista Joaquín, llegarón a Chile en 1940, desde Francia, gracias a las gestiones de Pablo Neruda con su gobierno. Allí retomaron sus vidas y sus carreras profesionales.
La Real Academia de la Lengua, solicitó en 1955, el traslado de los restos de Antonio desde Coilloure a España, pero lo impidió la negativa de su hermano José, que murió en Chile, en 1959, sin haber vuelto a pisar suelo español.
Gracias a la decisión de José Machado, yo mismo pude estar unos minutos, reflexionando, junto a la tumba del poeta del caminar, Antonio, en el bello Coilloure. Esto fue hace un mes, el lunes 17 de octubre de 2011, si mis cálculos no son erróneos.
"...Caminante no hay camino, se hace camino al andar..."
Bueno y se preguntarán ustedes qué relación tiene esta reseña histórica con la marcha atlética?. Poco, tan solo que la estuve imaginando esta mañana, palabra a palabra, mientras rodaba. Me costó dos horas por el asfalto de los tomateros de Pozo Izquierdo.
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